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Urología

El ABC de las sondas de orina: Lo que hay que saber

Angela Breslin, RN
12 de febrero de 2025
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Una sonda vesical es un dispositivo médico que se utiliza para ayudar a las personas a drenar la orina de la vejiga. Es una herramienta esencial para quienes no pueden orinar de forma natural. Ya sea debido a una intervención quirúrgica, a una enfermedad crónica o a problemas médicos temporales, estas sondas proporcionan una solución fiable para el drenaje de la vejiga. Esto es lo que debes saber, paso a paso:

  1. Finalidad: Las sondas vesicales ayudan a controlar la vejiga.
  2. Tipos: Incluyen catéteres permanentes, intermitentes y preservativos.
  3. Quién los necesita: Personas con retención urinaria, incontinencia o después de ciertas intervenciones quirúrgicas.
  4. Cuidados y mantenimiento: Limpieza regular para evitar infecciones.

Las sondas vesicales han existido desde la antigüedad, evolucionando desde simples cañas utilizadas por los médicos egipcios y romanos hasta sofisticadas herramientas médicas que mejoran la calidad de vida en la actualidad. Están disponibles en varios tipos y tamaños para adaptarse a las distintas necesidades médicas y preferencias personales.

Preocuparse por el coste y encontrar el proveedor adecuado puede ser difícil, especialmente para las personas mayores con enfermedades crónicas. Elegir un proveedor de confianza como ProMed DME puede marcar la diferencia, ya que ofrece atención personalizada y apoyo durante todo el proceso.

Comprender los aspectos básicos de las sondas vesicales puede hacer que dejen de ser un concepto desalentador y se conviertan en una parte sencilla y manejable de su rutina sanitaria.

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Tipos de sondas urinarias

En lo que respecta a las sondas vesicales, existen varios tipos, cada uno diseñado para necesidades y situaciones específicas. Vamos a desglosarlos de forma sencilla:

Catéteres permanentes

También conocidas como sondas de Foley, son del tipo "stay put". Se introducen en la vejiga y se dejan allí para su uso a corto o largo plazo. Un pequeño globo en el extremo se infla con agua para mantenerlas firmemente en su sitio. Las sondas permanentes suelen utilizarse para el drenaje continuo de la vejiga, sobre todo en hospitales o en personas con problemas de movilidad a largo plazo.

Catéteres intermitentes

Son del tipo "entra y sale". Usted o un cuidador los introduce varias veces al día para vaciar la vejiga y luego los retira. Suelen estar prelubricadas para que el proceso sea más suave y menos incómodo. Las sondas intermitentes son ideales para quienes pueden manejar la inserción por sí mismos y desean evitar llevar una bolsa de drenaje todo el tiempo.

Catéteres preservativos

Diseñadas específicamente para los hombres, las sondas condón se llevan externamente, como un preservativo. Recogen la orina sin necesidad de introducir nada en la vejiga. Son una gran opción para los hombres con incontinencia urinaria que aún pueden orinar de forma natural. El dispositivo está conectado a una bolsa de drenaje, que debe vaciarse y limpiarse con regularidad.

Catéteres suprapúbicos

Estas sondas se introducen a través de una pequeña incisión en la parte inferior del abdomen, directamente en la vejiga. Se utilizan cuando la uretra está dañada u obstruida, por lo que otros tipos de sondas resultan inadecuados. Al igual que las sondas permanentes, las sondas suprapúbicas requieren un mantenimiento regular y se cambian cada 4 a 12 semanas.

Sondas de Foley

Aunque técnicamente son un tipo de sonda permanente, las sondas de Foley merecen una mención especial debido a su uso generalizado. Suelen utilizarse para el drenaje vesical a largo plazo y son una opción estándar en muchos entornos médicos. Su diseño garantiza que permanezcan firmemente en su sitio, proporcionando un drenaje fiable durante periodos prolongados.

Tipos de sondas de orina Infografía - sonda de orina infografía 4_facts_emoji_grey

Conocer estos distintos tipos puede ayudarle a usted o a un ser querido a elegir la opción adecuada en función de sus necesidades médicas y preferencias personales. Consulte siempre a un profesional sanitario para determinar el tipo de sonda más adecuado para su situación.

Cuándo y por qué se utilizan las sondas vesicales

Las sondas vesicales son herramientas vitales en la atención médica, sobre todo cuando la micción natural resulta difícil o imposible. Veamos algunas situaciones habituales en las que resultan esenciales:

Retención urinaria

A veces, la vejiga no se vacía completamente. Esto puede deberse a obstrucciones como cálculos renales o agrandamiento de la próstata. Cuando la orina no puede salir, se acumula, causando molestias y posibles daños renales. En estos casos, una sonda vesical ayuda a drenar la orina, aliviando la presión y evitando complicaciones.

Incontinencia urinaria

Para las personas que no pueden controlar la micción, una sonda puede suponer un cambio radical. La incontinencia urinaria puede deberse a diversas causas, como lesiones nerviosas o debilitamiento de los músculos de la vejiga. Una sonda proporciona una forma fiable de controlar esta afección, ayudando a mantener la dignidad y la comodidad.

Cirugía

Durante o después de determinadas intervenciones quirúrgicas, como las de próstata o abdomen, la vejiga puede necesitar ayuda para vaciarse. Una sonda garantiza un drenaje seguro de la orina, reduciendo el riesgo de complicaciones y ayudando a la recuperación. Es una medida temporal que ayuda al cuerpo mientras se recupera.

Debilidad de la vejiga

La incontinencia urinaria, a menudo debida al envejecimiento o al parto, puede dificultar el control de la micción. Una sonda puede ayudar a vaciar la vejiga de forma constante. Esto ayuda a prevenir la incontinencia por rebosamiento, en la que la vejiga no puede retener toda la orina, lo que provoca pérdidas.

Daños nerviosos

Las lesiones nerviosas provocadas por enfermedades como la esclerosis múltiple o las lesiones medulares pueden alterar las señales entre el cerebro y la vejiga. El resultado puede ser la incapacidad de orinar de forma natural. Una sonda evita estos problemas de comunicación y garantiza que la vejiga se vacíe de forma regular y segura.

En todos estos casos, la elección del tipo de sonda -permanente, intermitente o externa- depende de las necesidades específicas de la persona y del consejo médico. Cada tipo ofrece ventajas únicas, por lo que es importante consultar con profesionales sanitarios para encontrar el más adecuado para usted o su ser querido.

Cómo cuidar la sonda vesical

El cuidado adecuado de la sonda vesical es crucial para prevenir infecciones y garantizar su buen funcionamiento. A continuación te indicamos unos sencillos pasos para mantener tu sonda en perfecto estado:

Limpieza

  1. Lávese las manos: Lávate siempre las manos con agua y jabón antes y después de tocar el catéter. Esto ayuda a prevenir la propagación de gérmenes.

  2. Limpie la zona del catéter: Utiliza jabón suave y agua para limpiar la zona por donde entra el catéter en el cuerpo. Hágalo a diario para mantenerla libre de bacterias. Evite utilizar polvos de talco o cremas a menos que se lo recete su profesional sanitario.

  3. Técnica estéril: Si vas a insertar una sonda tú mismo, asegúrate de seguir una técnica estéril para evitar introducir bacterias en el tracto urinario.

Bolsa de drenaje

  1. Colocación: Mantén siempre la bolsa de drenaje más baja que la vejiga. De este modo, la orina fluye hacia abajo y se evita el reflujo, que puede provocar infecciones.

  2. Vaciado regular: Vacíe la bolsa de drenaje cada tres o cuatro horas durante el día o cuando esté llena en dos tercios aproximadamente. Así evitarás el llenado excesivo, que puede provocar reflujos y fugas.

  3. Uso nocturno: Por la noche, conecta tu bolsa de día a una bolsa de noche más grande para evitar tener que despertarte para vaciarla. Asegúrate de que la bolsa de noche está más baja que la cama.

  4. Limpieza de la bolsa: Limpie la bolsa de drenaje con agua jabonosa tibia después de cada uso y déjela secar bien. Guárdela en una bolsa de plástico limpia y cerrada hasta el próximo uso.

Prevención de infecciones

  1. Mantente hidratado: Beba mucho líquido para ayudar a eliminar las bacterias de su sistema urinario. Intenta orinar al menos dos litros al día.

  2. Limite las desconexiones: Desconecte la bolsa de drenaje del catéter lo menos posible para reducir el riesgo de introducir bacterias.

  3. Actividad sexual: Tenga precaución con la actividad sexual, ya que puede aumentar el riesgo de infecciones urinarias en pacientes sondados.

Mantenimiento de catéteres

  1. Compruebe que no haya dobleces: Asegúrate de que el tubo de la sonda no esté doblado ni retorcido. Esto puede bloquear el flujo de orina y provocar complicaciones.

  2. Cambios regulares: Cambie la sonda según le aconseje su profesional sanitario, normalmente cada tres meses en el caso de una sonda Foley.

  3. Vigile los síntomas: Esté atento a signos de complicaciones como espasmos vesicales, fiebre u orina turbia. Pueden indicar infecciones u obstrucciones.

  4. Tenga suministros de repuesto: Mantenga un catéter de repuesto y el equipo relacionado listo para el próximo cambio para evitar cualquier interrupción en la atención.

Si sigues estos pasos, podrás mantener tu sonda vesical de forma eficaz y minimizar el riesgo de complicaciones. Consulta siempre a tu profesional sanitario para recibir asesoramiento y apoyo personalizados.

La prevención de infecciones es crucial en el cuidado de las sondas - infografía sobre sondas de orina 3_facts_emoji_blue

A continuación, analizaremos los posibles riesgos y complicaciones asociados a las sondas vesicales, para que sepas a qué atenerte y cómo tratar cualquier problema.

Riesgos y complicaciones de las sondas vesicales

El uso de una sonda vesical puede ser esencial para muchos problemas de salud, pero es importante conocer los posibles riesgos y complicaciones. Conocerlos puede ayudarte a ser proactivo en el control de tu salud.

Infecciones del tracto urinario (ITU)

Las infecciones urinarias son el problema más común del uso de sondas. Se producen cuando entran bacterias en el tracto urinario, a menudo debido a una limpieza o manipulación inadecuadas de la sonda.

Cómo prevenir las ITU:

  • Mantenga la higiene: Lávese siempre las manos antes y después de tocar el catéter. Limpie a diario la zona del catéter con agua y jabón suave.
  • Mantente hidratado: Beber mucha agua ayuda a eliminar las bacterias. Procura que la orina sea clara o de color amarillo claro.
  • Utilice equipos estériles: Siempre que sea posible, utilice catéteres y equipos estériles para reducir el riesgo de infección.

Espasmos vesicales

Los espasmos vesicales pueden parecer calambres estomacales y pueden producirse con el uso de la sonda. Pueden ser incómodos y, a veces, dolorosos.

Cómo controlar los espasmos vesicales:

  • Compruebe la posición del catéter: Asegúrese de que el catéter está colocado correctamente y tiene el tamaño adecuado para usted.
  • Mantente hidratado: Beber agua puede diluir la orina, lo que podría reducir la irritación.

Lesión uretral

En ocasiones, el uso repetido de la sonda puede dañar la uretra y provocar molestias o hemorragias.

Cómo evitar lesiones uretrales:

  • Utilice lubricante: Aplique lubricante al catéter antes de la inserción para reducir la fricción.
  • Técnica suave: Sea delicado durante la inserción y la extracción. Utilice el catéter del tamaño correcto.

Obstrucción del catéter

Pueden producirse obstrucciones si el catéter o el tubo se doblan o si se acumulan residuos en su interior.

Cómo prevenir las obstrucciones:

  • Compruebe si hay dobleces: Inspeccione regularmente el tubo del catéter para asegurarse de que no hay torceduras ni dobleces.
  • Vaciado regular: Vacíe la bolsa de drenaje con frecuencia para evitar el llenado excesivo y el reflujo.
  • Vigile si hay restos: Vigile si hay sangre o restos en el catéter o la bolsa de drenaje.

Si conoce estos riesgos y toma medidas preventivas, podrá controlar su sonda vesical con mayor eficacia. Consulte siempre a su médico si experimenta síntomas como fiebre, escalofríos u orina turbia, ya que pueden indicar una complicación.

A continuación, responderemos a algunas preguntas frecuentes sobre las sondas vesicales para ayudarle a sentirse más informado y seguro a la hora de controlar el cuidado de su sonda.

Preguntas frecuentes sobre sondas vesicales

¿Es dolorosa una sonda urinaria?

El uso de una sonda vesical puede resultar incómodo, pero no doloroso. Durante la inserción, algunas personas sienten un ligero pinchazo o presión. Para aliviarlo, los profesionales sanitarios suelen utilizar un gel anestésico para adormecer la zona. Este gel ayuda a reducir las molestias y facilita el proceso.

Si sientes dolor durante la inserción o mientras el catéter está colocado, habla con tu profesional sanitario. Puede comprobar si el catéter es del tamaño adecuado o si hay algún otro problema que cause molestias.

¿Sigues orinando con un catéter?

Una sonda vesical sustituye a la vejiga a la hora de evacuar la orina. En lugar de orinar de la forma habitual, la sonda dirige la orina de la vejiga directamente a una bolsa de recogida. Esta bolsa puede sujetarse a la pierna o colocarse junto a la cama.

Aunque no "orine" como de costumbre, su cuerpo sigue produciendo orina. La sonda se encarga de que drene continuamente, ayudando a prevenir la acumulación de orina en la vejiga.

¿Cuánto dura una sonda urinaria?

El tiempo de permanencia de una sonda vesical depende de sus necesidades médicas:

  • Catéteres de corta duración: Se utilizan para situaciones temporales, como después de una intervención quirúrgica. Se retiran cuando vuelves a orinar por ti mismo.
  • Sondas de larga duración: Si padece una afección que requiere un drenaje continuo de la vejiga, puede llevar una sonda durante semanas o meses. Estas sondas deben cambiarse con regularidad (normalmente cada 1 o 3 meses) para evitar infecciones y otras complicaciones.

Siga siempre las indicaciones de su profesional sanitario sobre cuándo y cómo retirar o sustituir la sonda. Un manejo adecuado es clave para evitar problemas y mantenerte cómodo.

Comprender estos aspectos del uso de la sonda vesical puede ayudarle a sentirse más tranquilo. Si tienes más preguntas, no dudes en pedir consejo a tu profesional sanitario según tus necesidades.

Conclusión

En ProMed DME, entendemos que el uso de una sonda vesical puede ser una parte importante de su vida diaria. Nuestra misión es hacer que esta experiencia sea lo más cómoda y fácil posible. Ofrecemos una amplia gama de productos de primera calidad que se adaptan a diversas necesidades, garantizando que tenga acceso a las mejores soluciones disponibles.

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Gracias por considerar a ProMed DME como su socio de confianza en el cuidado de su salud. Nos comprometemos a apoyarle en su camino hacia una salud e independencia óptimas.

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